domingo, 16 de agosto de 2015

¿Qué pasa cuando la denuncia de un #SecuestroVirtual viene de Alto Hospicio y no de La Dehesa?


ESCRITO POR FABIÁN ALFARO

El pasado jueves, la familia Avaria Tarud vivió un verdadero infierno cuando sufrió lo que se denominó como “secuestro virtual”, es decir, un doble cuento del tío. Durante casi 7 horas, José Pablo Avaria Tarud, joven universitario de 19 años, estuvo a merced de una banda delictual que lo engañó para que entregara especies de valor y dinero, utilizando como medida de presión la historia de que su padre había tenido un accidente de tránsito y que estaba inconsciente. Al mismo tiempo, la banda extorsionó al padre de José Pablo con la amenaza de que su hijo estaba secuestrado, exigiendo 5 millones de pesos por el rescate del muchacho.
Tras esto, se movilizó un enorme contingente policial y el operativo fue realizado por el Departamento de Criminalística de Carabineros, el OS-9 y la Dirección de Investigación Policial de Carabineros, quienes en conjunto acompañaron a la familia Avaria hasta lograr resolver el estremecedor caso.En menos de un día, la familia de José Pablo volvió a la normalidad.
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Si bien los responsables de este acto criminal aún no han sido identificados, afortunadamente no hubo ninguna secuela irreparable. Nada de heridos, nada de muertos, sólo uno que otro objeto material que seguramente los Avaria Tarud podrán recuperar.
El suceso tuvo un final feliz y la familia puede respirar tranquila porque no pasó a mayores. Sin embargo, la madre, Claudia Tarud, con una indignación bastante comprensible, difundió una carta por redes sociales que se viralizó tan rápido como Internet puede ofrecer: todo el mundo se enteró al instante.
el cuento del tío
En su desahogo, Tarud criticó al sistema y los medios por rebajar la importancia del asunto asegurando que, “tratar esto como un simple cuento del tío a través del cual robaron unos televisores, no ayudará a nuestra sociedad a combatir este delito” y exigiéndole a las autoridades que se hagan cargo enfrentar esta clase de crímenes.
Es cierto que estas cosas no pueden tomarse a la ligera y que nadie se hará cargo del trauma que podría dejar este asunto en la familia de los afectados. Pero hay un detalle, que si bien podría prestarse para malas interpretaciones, no deja de ser demasiado importante para dejarlo pasar:los Avaria Tarud viven en La Dehesa de Lo Barnechea.
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¿Por qué esto es un factor clave? Primero, hay que destacar que el sector donde vivan o la situación socioeconómica de las victimas jamás debe ser algo determinante para ser atendidos por la policía. Y ese es justamente el problema.
Tres unidades de alto calibre en la institución de carabineros intervinieron al instante en el que se hizo el llamado de ayuda, se hizo un operativo gigantesco y todos los medios de comunicación tomaron este caso como un asunto prioritario, y está bien que así sea. Pero debemos recordar que no es así cuando se trata de los pobres.
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Hagamos el contraste, recordemos uno de los casos más terroríficos y traumáticos que han conmovido al país: el caso de Alto Hospicio ocurrido entre 1998 y 2001. Catorce mujeres de entre 13 y 45 años (aunque en su mayoría pre adolescentes) fueron brutalmente violadas y asesinadas por Julio Pérez Silva. Tres malditos años en una localidad olvidada de Chile ycatorce familias que tuvieron que vivir un duro peregrinaje por la desaparición de sus niñas.
Lo más vergonzoso de todo es que tanto las autoridades como los medios no creyeron la versión de los familiares en un primer momento. Por mucho tiempo se dijo que lo más probable era que, debido a su precaria situación económica y falta de oportunidades, estas mujeres supuestamente se habrían ido de Chile para prostituirse o alejarse de su realidad. Muchas veces cesaron las búsquedas y la idea de que las chicas se escaparon para prostituirse generó más revuelo que las desapariciones en sí. Es más, Jorge Burgos, el entonces Subsecretario del Interior del gobierno de Lagos y actual Ministro del Interior, señaló que algunas de las desapariciones eran producto de “situaciones de violencia intrafamiliar, promiscuidad y extrema pobreza”.
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Mientras tanto, lo primero que preguntaba el policía de investigaciones que acudió al hogar de Juan Sánchez, uno de los padres de las víctimas, fue un interrogatorio sumamente humillante: “¿Le pegabai a tu hija?, ¿Tomái mucho?”.
Antes de eso, cuando Juan hizo la denuncia en la Subcomisaría de Carabineros de Alto Hospicio, las recomendaciones que le dieron fueron: “espérese dos días caballero, porque su hija ya va a volver porquetal vez anda metida en la droga o de repente se anda prostituyendo. Quédate tranquilo flaquito.”
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No fue hasta que Oscar Garay, padre de la víctima Viviana Garay, desesperado por no obtener ayuda ni respuestas, decidió movilizar a las familias de todas las niñas desaparecidas para ir en búsqueda de ellas.Vendió su bote de pescador, organizó la búsqueda y lentamente comenzaron a dar con el paradero de las víctimas, encontrando ropa, mochilas y otros efectos personales en vertederos y sitios eriazos.
Solo ahí la prensa puso atención al caso de Alto Hospicio. Sólo ahí pareció inverosímil la idea de que 14 mujeres y niñas escaparan de sus casas para prostituirse. Sólo ahí Chile entró en razón y le dio la importancia que todo esto tenía.
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El 4 de Octubre de 2001 el psicópata de Alto Hospicio hizo su último ataque. La muchacha sobrevivió y a duras penas, tras una brutal violación y feroz golpiza, pudo llegar hasta la ciudad y pedir ayuda. Perez Silva fue detenido ese mismo día y, tras la sentencia, morirá en la cárcel.
¿Cómo fue posible que con tantas razones para movilizar a toda la fuerza policial del país, durante tanto tiempo, la única forma de dar con el asesino, violador y secuestrador fuera gracias a una de las víctimas? ¿Cómo fue posible que Chile le diera la espalda a 14 mujeres y sus familias sólo por el prejuicio de la pobreza?
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Recordar ese horrible episodio es doloroso, pero hacerlo resulta importante. Estuvo bien que la policía haya movido cielo, mar y tierra por la familia Avaria Tarud. Estuvo bien que todos los noticieros estuvieran al tanto del caso. Pero la pregunta es: ¿qué hubiese pasado si la denuncia del #SecuestroVirtual hubiese sido en Alto Hospicio? Nuestras prioridades dejan mucho que desear, pues la respuesta se hace tristemente obvia

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