Los
caporales de la PDI: Una historia poscarnaval
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Dos oficiales de la
policía civil hallaron en la danza folclórica un estilo de vida y una novedosa
forma de acercarse a la comunidad.
Los subcomisarios Rodrigo Araya
Campos y Eduardo Miranda Navarro son compañeros en el combate contra el crimen
y también en el baile.
Policías e integrantes de la agrupación
“Caporales San Martín”, ambos se presentaron este año en la XV versión del
“Carnaval con la Fuerza del Sol”, que reunió en Arica a comparsas y danzantes
de la macro zona andina.
Miranda, un puntarenense de 29 años,
que llegó el 2014 a la ciudad, reconoce que aprender las danzas del norte “no
fue fácil, porque todo era completamente nuevo para mí. Allá (en Punta Arenas)
bailamos harto el vals chilote y las danzas argentinas de la Patagonia, pero
nada como esto”.
Sin embargo, con el tiempo, para
este chileno del extremo sur, el caporal “se convirtió en más que un pasatiempo,
porque cuando uno baila y grita, lo hace de corazón. Y cuando compite, en el
fondo, compite con uno mismo”.
Los caporales, dijo, “son una
familia; si alguien está mal o necesita ayuda, todos estamos ahí. Por otro
lado, los jóvenes del grupo sienten nuestro apoyo como policías, nos hacen
consultas por sus problemas y, además, se interesan por conocer nuestro trabajo”.
El otro oficial de esta historia
hace 13 años que cultiva la danza caporal. Rodrigo Araya, oriundo de Chañaral,
hizo sus estudios superiores en la Universidad de Tarapacá, donde conoció y
abrazó este estilo de vida.
Tras haber ocupado puestos como caporal
y guía de grupo, el detective establece un paralelo entre las dos actividades
que lleva con pasión: el trabajo policial y la danza folclórica.
“Como en la PDI, en la danza todos
vamos hacia un mismo objetivo. El caporal es como el jefe de unidad, el guía es
el segundo jefe y los bailarines son la unidad en sí misma. Hay una jerarquía,
objetivos, luchamos por alcanzar nuestras metas y cuando lo logramos, sentimos la
satisfacción del deber cumplido. Acá, todos hacemos el baile”.
La danza, cuenta, le ha servido
también para acercarse a los jóvenes de los sectores más vulnerables de Arica y
abordar desde un flanco más social la batalla contra la delincuencia, la
drogadicción y el alcoholismo.
“Esto nos permite conocer niños
vulnerables e insertarlos en la sociedad a través del baile. Para mí es una
satisfacción enorme. Ellos saben que somos policías y lo aceptan con mucho respeto”,
señala el subcomisario Araya.
Los oficiales agradecieron las
facilidades otorgadas por su jefatura para participar en esta nueva edición del
carnaval ariqueño y también el permanente apoyo de sus colegas detectives.
Tras finalizar el evento, los
compañeros de trabajo regresan de lleno a sus carpetas investigativas, a la
espera del carnaval 2017.
Nacido hace una década, el caporal
San Martín se presentó este año en Arica con 120 parejas (240 bailarines) de la
capital regional y sus filiales de Iquique, Calama y Antofagasta.
El Carnaval Andino con la Fuerza del
Sol, que se realizó del 22 al 24 de enero, fue organizado por la Municipalidad
de Arica, la Asociación Indígena Confraternidad de Agrupaciones Folclóricas
Andinas de Arica Inti Ch’amampi y la Federación de la Cultura y las Artes
Indígenas Kimsa.
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